Todo se dio a conocer el día 20 de Enero del 1922, en una rueda de prensa celebrada en el Hotel Ritz un de las personas que más se movió en esa época por el deporte de las cuatro ruedas, al que algunos les sonará el apellido, ya que se llamaba Federico Armangué, que empezó exponiendo la posibilidad de hacer un circuito oval como el de Indianápolis pero de tamaño bastante más reducido y comentando las características del circuito en cuanto forma del circuito y las velocidades que se podrían conseguir en dichos peraltes con más de 20 metros de anchura de pista. En esta rueda de prensa, le acompañó el arquitecto Juan Mestres, que se encargó de exponer las características técnicas del circuito como donde estaría situado.
La ilusión por este proyecto hizo que las obras se realizasen en tan solo unos 300 dias, por lo que en menos de un año, ya estaba terminado, siendo el segundo de Europa en terminarse ya que el de Monza estaba todavía en construcción. El coste de la obra realizada, fue de 24000€, y estaba hecho sin duda a conciencia, como lo demuestra el estado en el que podemos encontrar el trazado hoy en día, quizás lleno de matas, pero sin duda muy fuerte, y es que hay que tener en cuenta que el grosor de la pista por ejemplo, era de doce centímetros.
Por fin llegaba el día de su inauguración, el 28 de Octubre del 1923. El organizador de esta prueba aunque con ayuda de otro grupo, era la Penya Rhin (estos me recuerdan mucho a nosotros, un día si queréis os hablo, menudos enfermos). El caso es que la carrera estaba destinada a coches de carreras de 2litros como mucho, y se le llamó II G.P. de Epaña.
Los pilotos tendrían que dar 200 vueltas al circuito, por lo que serían unos 400Km. Sin duda, hubo una gran inscripción, pero el día de la verdad, solo se presentaron siete coches. El ganador de la carrera fue Divo, que después de luchar la primera parte de la carrera con Resta, que llevaba un Sunbeam como el de Divo, pero no sin antes ser superados por el único Miller que había en carrera. Resta era el primero en tener problemas y abandonar, luego, fue Zborowsky que pichaba una rueda de su Miller a siete vueltas del final, dejando la victoria servida a Divo y cruzando la meta a más de un minuto de éste.
Al cabo de cuatro días, se celebraba la carrera de hasta 1100cm3, con ellos corrían también los de menos de 750cm3 pero puntuando como distinta categoría. Cuando empezó a llover de forma muy fuerte y entonces los organizadores decidieron parar la carrera para así poder evitar cualquier desgracia que pudiese suceder. En ese momento, los 1100cm3 ya habían realizado 70 vueltas, mientras los de 750 llevaban 64. La carrera se retomo el mismo Domingo de esa semana, y se llegó a la finalización sin ningún problema ganando la categoría grande un tal Benoist que pilotó un Salmson.
Una vez terminada, se como dato curioso, se llevó a cabo una misa en la mismísima pelouse del circuito, ya que la retomación de la carrera había sido muy temprano, más exactamente a las 8:34 de la mañana. Una vez finalizada la misa, se daba comienzo a la carrera de Voiturettes con una cilindrada de 1500cm3. Esta se podría decir que era la prueba reina, y participaban unos 10 coches, uno de ellos hecho aquí, llamado Ricart y Perez que fue conducido por Gastón. Para esta carrera, los pilotos deberían realizar 300 vueltas, por lo que harían 600Km.
Al igual que en la otra carrera, Divo y Resta empezaron otra vez a enzarzarse en una gran lucha pero seguidos muy de cerca por Nuvolari. Al llegar más o menos a la vuelta 25, Nuvolari se consiguió colocar segundo. Como ya sabréis, los otros dos pilotos corrían con el mismo coche, y empezaron a realizar alguna maniobra un poco fea contra Nuvolari. El público se enfadó, cogiendo enseguida estima por el piloto italiano que corría con una máquina más pequeña, los silbidos contra los dos de Talbot, no cesaron hasta que estos dos se escaparon. Nuvolari, tubo además problemas con el depósito, que tardaron en repararse bastante rato, volviendo a pista a 5minutos de el tercer clasificado Zborowski. Nuvo ahún pudo recuperar dos vueltas a los líderes pero no pudo recuperar la tercera posición, llevándose igualmente, una gran ovación por parte del público y dando comienzo por su parte una gran simpatía por nuestras tierras.
Nada más terminar la carrera, empezó el declive del circuito, ya que los problemas económicos de los que encargaron la fabricación, hicieron que los constructores de la obra, se quedasen con la recaudación de las entradas, y como consecuencia, no se pudo pagar a los ganadores el premio correspondiente. Esto produjo la sanción de la AIACR que prohibió la celebración de carreras internacionales como multa. Además, dio la casualidad que los coches realizaron una subida de prestaciones espectacular, y el circuito se quedaba pequeño incluso para las carreras nacionales. Al no ir los mejores pilotos, tampoco iba el público, y la consecuencia se puede adivinar, en dos años había pasado de estar arriba del todo, a hundirse en la miseria.
Por los años 30 entonces, fue vendido a un gran aficionado como era Edgar Morowitz, que llegó a conseguir que se hiciesen carreras de moto del campeonato de España, pero nunca sacó beneficios, por lo que se hundía cada vez más. Edgar lo siguió intentando con varias pruebas espectáculo como el de ser más rápido que una avioneta, pero nada de nada.
Solo se volvió a utilizar para competiciones catalanas por los años cincuenta, pero ya sin ningún tipo de atracción por parte del público. Hasta los días que vivimos ahora, en que no se corre ni se hace nada, el circuito esta completamente abandonado y como ya os he comentado, cualquiera puede visitar este ambicioso proyecto que se quedó en nada, pero que tanto me llena a mi nada más pensar lo que pudo ser, y no fue.
sacado de Cracksracing.com
buen articulo.