Hijos de la Anarquia: Los Soprano en una Harley
La gran apuesta de este año para FX (en los Estados Unidos) es una serie sobre gangsters en motos o una visión postapocalíptica de Easy Ryder: Sons of Anarchy (Hijos de la Anarquia), vista por muchos como la heredera de Los Soprano.
Y es que si en aquella encontró la gloria un James Gandolfini que hasta entonces había estado relegado a papeles de matón secundario, en Sons of Anarchy brilla Ron Perlman (Hellboy sin maquillaje) como el soberano de un pequeño pueblo donde su banda de moteros, los Hijos de la Anarquia (suerte de Hell Angels 30 años después) imponen el orden y la ley para gozar de terreno libre para sus propios negocios: tráfico, juego y protección.
¿Qué fue de los idealistas motociclistas de Easy Ryder? Armados hasta los dientes, luchan contra hispanos, rusos y coreanos por mantener su pueblo libre de drogas y asesinatos. Mantienen el orden a base de sobornos, tacos de billar incrustados no me preguntéis en dónde y cartuchos cortados. Lo que no les exime de conflictos internos.
La serie sigue de cerca a Jackson Teller (Charlie Hunnan), hijo del líder difunto de la banda, e hijastro de Perlman, quien a la partida del rey original se hizo con corona y mujer del fallecido. Jackson encuentra unos diarios donde su padre describe los orígenes de la banda y la traición a sus principios. ¿Estas reflexiones tuvieron que ver con su muerte no deel todo explicada? Su madre Gemma (una enorme y bellísima y letal Katey Segal en su papel de Lady Macbeth) se niega a darle respuestas.
Violenta y despojada, pero con un hálito shakespereano en su trama y sus diálogos, Son of Anarchy es la apuesta segura para todo quien extraña el surrealismo gangsteril de Los Soprano y que echará de menos las luchas por el poder que rebasaban al bien y al mal en The Shield.
La gran apuesta de este año para FX (en los Estados Unidos) es una serie sobre gangsters en motos o una visión postapocalíptica de Easy Ryder: Sons of Anarchy (Hijos de la Anarquia), vista por muchos como la heredera de Los Soprano.
Y es que si en aquella encontró la gloria un James Gandolfini que hasta entonces había estado relegado a papeles de matón secundario, en Sons of Anarchy brilla Ron Perlman (Hellboy sin maquillaje) como el soberano de un pequeño pueblo donde su banda de moteros, los Hijos de la Anarquia (suerte de Hell Angels 30 años después) imponen el orden y la ley para gozar de terreno libre para sus propios negocios: tráfico, juego y protección.
¿Qué fue de los idealistas motociclistas de Easy Ryder? Armados hasta los dientes, luchan contra hispanos, rusos y coreanos por mantener su pueblo libre de drogas y asesinatos. Mantienen el orden a base de sobornos, tacos de billar incrustados no me preguntéis en dónde y cartuchos cortados. Lo que no les exime de conflictos internos.
La serie sigue de cerca a Jackson Teller (Charlie Hunnan), hijo del líder difunto de la banda, e hijastro de Perlman, quien a la partida del rey original se hizo con corona y mujer del fallecido. Jackson encuentra unos diarios donde su padre describe los orígenes de la banda y la traición a sus principios. ¿Estas reflexiones tuvieron que ver con su muerte no deel todo explicada? Su madre Gemma (una enorme y bellísima y letal Katey Segal en su papel de Lady Macbeth) se niega a darle respuestas.
Violenta y despojada, pero con un hálito shakespereano en su trama y sus diálogos, Son of Anarchy es la apuesta segura para todo quien extraña el surrealismo gangsteril de Los Soprano y que echará de menos las luchas por el poder que rebasaban al bien y al mal en The Shield.