hay que joderse que rapido haveis entrado todos en este tema eeee jejeje bueno pues aqui os dejo esto es un articulo publicado por un tal jordi que se ve que es todo un bricomaniaco y el tio tiene ingenio de verdad.:
A muchos nos ha pasado que nos gustaría o nos vendría bien tener una moto... O una segunda moto... O una moto para piezas de recambio... Pero no todos tenemos los capitales para recurrir al sistema cómodo y tradicional de ir a la tienda y comprarla o simplemente no nos apetece dedicarlos a eso...
Desechada esa vía, podemos plantearnos hacernos con una moto que no nos cueste nada o casi nada... ¿Es eso posible? Yo os puedo decir que sí... ¿Cómo? Imagino que la primera idea que se os vendrá a la cabeza es que eso sólo es posible cruzando la línea de la ley incurriendo en alguna conducta tipificada en el Código penal... Otros pensarán que sólo es posible si se trata de alguna aparición en forma de santo pariente o amigo desprendido y dadivoso o de algún sorteo con engaño incluido... Sin embargo, y como abogado que fui, os puedo asegurar que existe una alternativa totalmente legal a todas esas que puede cubrir vuestras expectativas en buena medida... E incluso es divertida...
Veo en vuestras caras muecas de incredulidad y escepticismo: "¡Eso no puede ser!". Estáis en vuestro derecho a creer en vuestra fe pesimista, pero quien os ofrece esta alternativa os puede decir que ha recurrido a esta posibilidad en dos ocasiones...
Evidentemente, todo en este cochino mundo tiene su precio... Y cuando hablo de gratuidad o casi no me estoy refiriendo a que no tengais que pagar un precio... Sólo os digo que ese precio no lo tendreis que abonar en forma de dinero... En esa especie, en principio, sólo son necesarios unos 6 euros...
El precio, principalmente, vendrá dado según tres variables:
-el tiempo que podais dedicar
-la simpatía que seais capaces de irradiar
-tener vista para saber ver un tesoro oculto donde parece no haberlo.
En definitiva, se trata de acomodarse al medio en el que nos vamos a mover desarrollando primeramente las virtudes de toda ave de rapiña y finalmente las de buen raposo...
Ese medio al que me refiero es cualquier ciudad, la que os pille más a mano... Principalmente os aconsejo aquellos lugares en los que haya algún taller de motos cercano: es el mejor coto de caza... Y eso suele ser así porque hay mucha gente que lleva la moto al taller, el taller les dice que la moto está hecha una mierda y que la reparación le va a salir por un ojo de la cara porque si es el cilindro o es el cigüeñal o cualquier pijotada... Y acaban dejándola abandonada ahí mismo... Cuando puede ser perfectamente que eso no sea así... En mi caso concreto, mi primera víctima fue una Yamaha XS400 que un concesionario Harley tenía en su puerta y que utilizaba a modo de vado sin pagar el correspondiente impuesto municipal... La descubrí porque había ido a ese establecimiento para encontrar un depósito para acoplarle a mi propia XS400... Enseguida supe ver que esa moto iba a dejar su defraudadora función para ser mi fuente de recambios... ¿Por qué? Porque el cable del embrague estaba roto y la moto tenía pinta de llevar tiempo ahí tirada por la cantidad de polvo acumulada... Una moto sin embrague no funciona. ¿Es verdad o no? Por tanto, ya sabemos que: NUESTRO SISTEMA PUEDE FUNCIONAR CON CUALQUIER MOTO A LA QUE VEAMOS QUE CARECE DE ALGÚN ELEMENTO ESENCIAL (cable o maneta de embrague, batería, CDI, regulador, cadena descolgada, etc.).
El paso siguiente es localizar al propietario, para lo cual nos dirigiremos a la Jefatura Provincial de Tráfico con nuestros 6 euros y con el número de matrícula de la pródiga máquina, rellenaremos el formulario pertinente de solicitud de información sobre vehículo y el funcionario nos dará el nombre y la dirección del último propietario. No está de más cotejar esos datos con el listín de teléfonos: puede que el propietario haya cambiado de dirección y el listín suele ser una fuente de información bastante útil para descubrirlo... En mi caso concreto y refiriéndome a mi primera víctima, el propietario era un vecino de un pueblo a 50 km de Barcelona según Tráfico y como me venía de paso me pasé por su casa... No lo encontré porque resultó ser el apartamento de fin de semana y de vacaciones de sus padres... Por suerte, en el buzón había un sobre providencial con la factura de Telefónica y el correspondiente listado detallado de llamadas... Y de ahí deduje que el mayor número de llamadas, posiblemente, se correspondía con el domicilio real del propietario... Y así fue...
Y aquí acaba el despliegue de nuestras habilidades de caza. Ahora empieza la misión diplomática para la que deberemos aplicar nuestros ardides glamourosos, pues hay que establecer contacto con el anterior propietario, que es una persona que no conoceremos de nada, que no sabemos por donde nos va a salir y del que queremos conseguir algo... Cada cual puede utilizar su propio método. En mi caso concreto y siempre refiriéndome a mi primera víctima, tuve que contactar por teléfono... Es importante intentar intuir enseguida cómo debe ser esa persona, imaginársela... Y aún es más importante no cortarse, dejarse de remilgos y plantear las cosas tal como son: con la verdad por delante se abren muchas puertas y se llega lejos... Siguiendo con mi caso concreto, el teléfono lo cogió una señora que dijo que me esperara que enseguida se ponía su hijo... Ya sabía dos cosas: por la voz la señora, que no parecía muy mayor, y si el propietario era su hijo que vivía con ellos, no había otra que que debería ser joven...Yo ya había asumido que algo le tendría que dar por la moto, pero siendo joven seguro que con cualquier cosa se conformaría... En cuanto se puso le expliqué que había visto su moto y que me había parecido que estaba abandonada... Evidentemente no le expliqué que había hurgado en la factura de teléfono de sus padres... Que si tenía inconveniente en que la desguazara... Para mi y su sorpresa, resultó que el chaval me dijo que tenía un certificado conforme la moto estaba ya desguazada: comprobó los datos que yo tenía y resultó ser que el desguace sólo era sobre el papel... Le dije que la moto sólo le podría traer problemas (y eso es verdad) y que yo me comprometía a hacerme responsable de ella... Aceptó... Le pregunté por el precio... Y se negó... Ya tenía moto... Aproveché y pregunté que si sabía que le pasaba a la moto para no arreglarla y me comentó que había oído un ruido en un cilindro y que el mecánico le había hecho un presupuesto para reemplazarlo y que no quería gastarse ese dinero en la reparación... Meses más tarde volví a llamarle y le dije que el motor funcionaba perfectamente y que había localizado de donde venía el ruido en el cilindro: de una moneda de cien pesetas entre la bujía y el cilindro que con la vibración del motor producía ese ruido... Con retirar la monedita bastaba... Que si quería podíamos llegar a un acuerdo sobre el precio... El chaval se negó a cobrarme... Aprovecho desde aquí para darle las gracias...
En mi segundo caso, la moto la descubrí por casualidad... Un día de noche la vi aparcada en solitario sobre una acera igualmente en Barcelona... Era otra Yamaha XS400 y me acerqué a mirarla: le faltaba el CDI (ya le tengo preparado uno que me costó 20 euros) y la cadena estaba descolgada... Por tanto, podemos establecer una segunda regla de caza: las motos abandonadas suelen ser más fácilmente detectables de noche... Repetí la operación de ir a Tráfico e, igualmente, el propietario había cambiado de domicilio... Sin embargo, el nombre, extranjero, me sonaba de algo: era un catedrático de universidad y el portavoz de una asociación cuyo objetivo es protestar contra los moteros que aparcan sobre las aceras porque molestan a los ciclistas... ¡Y yo voy y descubro que había dejado la moto abandonada cuatro años en la calle Diputació! Llamé a la Universidad y me dieron el teléfono de su casa... Le llamé (evidentemente no estaba) y me puse a charlar con su mujer, a la que le expuse mi caso... Nos reímos un rato con la coherencia de su marido: le pregunté si iba a la Universidad desde Badalona, donde vivía, en bicicleta... A las ocho de la tarde me llamó el señor catedrático muy interesado por solucionar el problema de la moto y deshacerse de ella... Al día siguiente ya tenía los papeles firmados dándome plenos poderes sobre la moto. Me explicó que le habían dicho que la moto tenía la transmisión rota y que por eso no la había arreglado y que como había extraviado la tarjeta de la ITV no la había podido dar de baja... ¿Sabeis cuál era la avería real? Que se había aflojado el tensor de la cadena y ésta se había descolgado... La transmisión estaba intacta... Otra moto gratis... Pese a todo, también aprovecho la ocasión para darle las gracias.
Por todo ello, os animo a que tomeis en consideración mi trabajosa propuesta. Puede que no os lo reconozcan públicamente, pero, además de agenciaros una moto por todo el morro, estareis contribuyendo a quitar un presunto estorbo de la vía pública, sumandoos a la última moda del civismo y la sostenibilidad...
Un saludo en twin paralelo,
Jordi
A muchos nos ha pasado que nos gustaría o nos vendría bien tener una moto... O una segunda moto... O una moto para piezas de recambio... Pero no todos tenemos los capitales para recurrir al sistema cómodo y tradicional de ir a la tienda y comprarla o simplemente no nos apetece dedicarlos a eso...
Desechada esa vía, podemos plantearnos hacernos con una moto que no nos cueste nada o casi nada... ¿Es eso posible? Yo os puedo decir que sí... ¿Cómo? Imagino que la primera idea que se os vendrá a la cabeza es que eso sólo es posible cruzando la línea de la ley incurriendo en alguna conducta tipificada en el Código penal... Otros pensarán que sólo es posible si se trata de alguna aparición en forma de santo pariente o amigo desprendido y dadivoso o de algún sorteo con engaño incluido... Sin embargo, y como abogado que fui, os puedo asegurar que existe una alternativa totalmente legal a todas esas que puede cubrir vuestras expectativas en buena medida... E incluso es divertida...
Veo en vuestras caras muecas de incredulidad y escepticismo: "¡Eso no puede ser!". Estáis en vuestro derecho a creer en vuestra fe pesimista, pero quien os ofrece esta alternativa os puede decir que ha recurrido a esta posibilidad en dos ocasiones...
Evidentemente, todo en este cochino mundo tiene su precio... Y cuando hablo de gratuidad o casi no me estoy refiriendo a que no tengais que pagar un precio... Sólo os digo que ese precio no lo tendreis que abonar en forma de dinero... En esa especie, en principio, sólo son necesarios unos 6 euros...
El precio, principalmente, vendrá dado según tres variables:
-el tiempo que podais dedicar
-la simpatía que seais capaces de irradiar
-tener vista para saber ver un tesoro oculto donde parece no haberlo.
En definitiva, se trata de acomodarse al medio en el que nos vamos a mover desarrollando primeramente las virtudes de toda ave de rapiña y finalmente las de buen raposo...
Ese medio al que me refiero es cualquier ciudad, la que os pille más a mano... Principalmente os aconsejo aquellos lugares en los que haya algún taller de motos cercano: es el mejor coto de caza... Y eso suele ser así porque hay mucha gente que lleva la moto al taller, el taller les dice que la moto está hecha una mierda y que la reparación le va a salir por un ojo de la cara porque si es el cilindro o es el cigüeñal o cualquier pijotada... Y acaban dejándola abandonada ahí mismo... Cuando puede ser perfectamente que eso no sea así... En mi caso concreto, mi primera víctima fue una Yamaha XS400 que un concesionario Harley tenía en su puerta y que utilizaba a modo de vado sin pagar el correspondiente impuesto municipal... La descubrí porque había ido a ese establecimiento para encontrar un depósito para acoplarle a mi propia XS400... Enseguida supe ver que esa moto iba a dejar su defraudadora función para ser mi fuente de recambios... ¿Por qué? Porque el cable del embrague estaba roto y la moto tenía pinta de llevar tiempo ahí tirada por la cantidad de polvo acumulada... Una moto sin embrague no funciona. ¿Es verdad o no? Por tanto, ya sabemos que: NUESTRO SISTEMA PUEDE FUNCIONAR CON CUALQUIER MOTO A LA QUE VEAMOS QUE CARECE DE ALGÚN ELEMENTO ESENCIAL (cable o maneta de embrague, batería, CDI, regulador, cadena descolgada, etc.).
El paso siguiente es localizar al propietario, para lo cual nos dirigiremos a la Jefatura Provincial de Tráfico con nuestros 6 euros y con el número de matrícula de la pródiga máquina, rellenaremos el formulario pertinente de solicitud de información sobre vehículo y el funcionario nos dará el nombre y la dirección del último propietario. No está de más cotejar esos datos con el listín de teléfonos: puede que el propietario haya cambiado de dirección y el listín suele ser una fuente de información bastante útil para descubrirlo... En mi caso concreto y refiriéndome a mi primera víctima, el propietario era un vecino de un pueblo a 50 km de Barcelona según Tráfico y como me venía de paso me pasé por su casa... No lo encontré porque resultó ser el apartamento de fin de semana y de vacaciones de sus padres... Por suerte, en el buzón había un sobre providencial con la factura de Telefónica y el correspondiente listado detallado de llamadas... Y de ahí deduje que el mayor número de llamadas, posiblemente, se correspondía con el domicilio real del propietario... Y así fue...
Y aquí acaba el despliegue de nuestras habilidades de caza. Ahora empieza la misión diplomática para la que deberemos aplicar nuestros ardides glamourosos, pues hay que establecer contacto con el anterior propietario, que es una persona que no conoceremos de nada, que no sabemos por donde nos va a salir y del que queremos conseguir algo... Cada cual puede utilizar su propio método. En mi caso concreto y siempre refiriéndome a mi primera víctima, tuve que contactar por teléfono... Es importante intentar intuir enseguida cómo debe ser esa persona, imaginársela... Y aún es más importante no cortarse, dejarse de remilgos y plantear las cosas tal como son: con la verdad por delante se abren muchas puertas y se llega lejos... Siguiendo con mi caso concreto, el teléfono lo cogió una señora que dijo que me esperara que enseguida se ponía su hijo... Ya sabía dos cosas: por la voz la señora, que no parecía muy mayor, y si el propietario era su hijo que vivía con ellos, no había otra que que debería ser joven...Yo ya había asumido que algo le tendría que dar por la moto, pero siendo joven seguro que con cualquier cosa se conformaría... En cuanto se puso le expliqué que había visto su moto y que me había parecido que estaba abandonada... Evidentemente no le expliqué que había hurgado en la factura de teléfono de sus padres... Que si tenía inconveniente en que la desguazara... Para mi y su sorpresa, resultó que el chaval me dijo que tenía un certificado conforme la moto estaba ya desguazada: comprobó los datos que yo tenía y resultó ser que el desguace sólo era sobre el papel... Le dije que la moto sólo le podría traer problemas (y eso es verdad) y que yo me comprometía a hacerme responsable de ella... Aceptó... Le pregunté por el precio... Y se negó... Ya tenía moto... Aproveché y pregunté que si sabía que le pasaba a la moto para no arreglarla y me comentó que había oído un ruido en un cilindro y que el mecánico le había hecho un presupuesto para reemplazarlo y que no quería gastarse ese dinero en la reparación... Meses más tarde volví a llamarle y le dije que el motor funcionaba perfectamente y que había localizado de donde venía el ruido en el cilindro: de una moneda de cien pesetas entre la bujía y el cilindro que con la vibración del motor producía ese ruido... Con retirar la monedita bastaba... Que si quería podíamos llegar a un acuerdo sobre el precio... El chaval se negó a cobrarme... Aprovecho desde aquí para darle las gracias...
En mi segundo caso, la moto la descubrí por casualidad... Un día de noche la vi aparcada en solitario sobre una acera igualmente en Barcelona... Era otra Yamaha XS400 y me acerqué a mirarla: le faltaba el CDI (ya le tengo preparado uno que me costó 20 euros) y la cadena estaba descolgada... Por tanto, podemos establecer una segunda regla de caza: las motos abandonadas suelen ser más fácilmente detectables de noche... Repetí la operación de ir a Tráfico e, igualmente, el propietario había cambiado de domicilio... Sin embargo, el nombre, extranjero, me sonaba de algo: era un catedrático de universidad y el portavoz de una asociación cuyo objetivo es protestar contra los moteros que aparcan sobre las aceras porque molestan a los ciclistas... ¡Y yo voy y descubro que había dejado la moto abandonada cuatro años en la calle Diputació! Llamé a la Universidad y me dieron el teléfono de su casa... Le llamé (evidentemente no estaba) y me puse a charlar con su mujer, a la que le expuse mi caso... Nos reímos un rato con la coherencia de su marido: le pregunté si iba a la Universidad desde Badalona, donde vivía, en bicicleta... A las ocho de la tarde me llamó el señor catedrático muy interesado por solucionar el problema de la moto y deshacerse de ella... Al día siguiente ya tenía los papeles firmados dándome plenos poderes sobre la moto. Me explicó que le habían dicho que la moto tenía la transmisión rota y que por eso no la había arreglado y que como había extraviado la tarjeta de la ITV no la había podido dar de baja... ¿Sabeis cuál era la avería real? Que se había aflojado el tensor de la cadena y ésta se había descolgado... La transmisión estaba intacta... Otra moto gratis... Pese a todo, también aprovecho la ocasión para darle las gracias.
Por todo ello, os animo a que tomeis en consideración mi trabajosa propuesta. Puede que no os lo reconozcan públicamente, pero, además de agenciaros una moto por todo el morro, estareis contribuyendo a quitar un presunto estorbo de la vía pública, sumandoos a la última moda del civismo y la sostenibilidad...
Un saludo en twin paralelo,
Jordi