Nacho Medina, un profesor de educación física valenciano de 35 años, ha recorrido los 9.000 kilómetros que hay entre Valencia y Potchefstroom con su vespa y ha llegado al recinto donde se concentra la selección española.
Todo comenzó con una apuesta que el profesor de educación física entabló con el jugador del Valencia, Juan Mata. El reto era que si Nacho conseguía llegar a Sudáfrica en una vespa, el pupilo de Emery le daría entradas para un partido de la selección en el Mundial.
Mata y Marchena, que presenció la escena, reían y daban por hecho que era imposible lo que planteaba el atrevido profesor. Sin embargo, como se suele decir, quien ríe último ríe mejor: “Ahora yo estoy aquí, delante de la puerta de la concentración, con la misma vespa", cuenta satisfecho Nacho Medina
Entradas ganadas a Mata
Hacen falta mucha fuerza de voluntad y muchas ganas para llevar acabo una hazaña de tal calibre dados los peligros que pueden entrañar 9.000 kilómetros a través del continente africano en una vespa. Nacho lo explica con casta y naturalidad: "Me gusta mucho el fútbol y viajar. Vi la oportunidad de ver el Mundial y viajar por África en carretera y no me lo pensé. Ya puestos elegí una vespa, porque los españoles somos así de originales".
Nacho se queda con la valiosa experiencia de haber cruzado el continente en las condiciones que lo ha hecho, y dice que a pesar de ser de Valencia, el calor que ha pasado ha sido duro en ciertas ocasiones: “No sabes dónde vas a dormir o qué vas a desayunar. Estoy acostumbrado al calor, pero como en Sudán nada”.
Inseguridad... en las ciudades
A pesar de la peligrosidad que puede entrañar una aventura así, el profesor asegura que no ha tenido problemas mayores y que el lugar más peligroso es su destino, Sudáfrica: “Donde más inseguridad he visto ha sido aquí, en las ciudades grandes sobretodo, hay tanta gente que hay que ir con cuidado. Esperemos que no me pase nada después de todo el viaje".
Una vez en Potchefstroom, se dará una ducha y comerá algo. Luego irá a recoger su más que merecido premio. Quién ríe último ríe mejor; sino, que se lo pregunten a Mata y Marchena.