Allí nos recibió Manolo, el dueño de “El Rincón” con una amabilidad y hospitalidad dignas de ser clientes de toda la vida. El local tiene detalles moteros y de Harley-Davidson por todos los rincones. Para empezar, nada más entrar te encuentras la barra con un motor de una Sportster como grifo de cerveza. Una moto guzzi a la derecha, junto con otro motor Harley-Davidson, decora una de las paredes del local, justificando la fama que tiene el bar entre los moteros, no solo a nivel local, si no al nacional. El motor de la Sportster se lo cedió el mismísimo Ferry Clot de Hot Dreams, junto con otras sorpresas más. No os perdáis las fotos.
Como llegamos antes de lo previsto, nos fuimos a Huescar en busca de una taberna que Carlos nos habló de su particular ambiente tabernero. Nos costó algo encontrarlo pero mereció la pena. Añejo, de toda la vida, como podréis ver en las fotos. Más tarde volvimos a el bar de Manolo donde ya había dispuesto las mesas en el exterior y empezó a sacar raciones, cada cual más rica, hasta que ya no pudimos más. Nos atendieron estupendamente a un buenísimo precio.
Sin duda un punto a tener referencia y lugar a visitar sin falta, por la amabilidad y amistad de Manolo, la peculiaridad de su bar “El Rincón”, y su ambiente donde se destila auténtica pasión por Harley-Davidson.